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Construir y administrar un negocio exitoso requiere un flujo constante de ingresos y nuevos clientes. Esto es especialmente cierto en las etapas iniciales de construir un negocio. Sin una base de clientes sólidos, corre el riesgo de problemas financieros o seca sus reservas de capital. Por esta razón, los empresarios a menudo se inclinarán hacia atrás para que sus clientes se aseguren de que estén contentos.
La mayoría de las personas asumen que tener más clientes siempre es mejor. La realidad es que algunos clientes pueden ser malos para el bienestar de su negocio. En algunos casos, es posible que ni siquiera se dé cuenta de que algunos clientes realmente le están costando dinero. Tener una lista de malos clientes puede ser un drenaje financiero para su negocio, causar estrés a su equipo y tomar tiempo de otras tareas valiosas como las ventas.
Si bien puede parecer contradictorio, puede beneficiar a su negocio despedir a ciertos clientes de vez en cuando. No querrá desarrollar una reputación para dejar a un lado a los clientes, por lo que es importante adoptar el enfoque correcto y profesional al disparar a un cliente.
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1. Identifique los malos clientes
A veces, es fácil detectar a un mal cliente. Los signos de un mal cliente obvio incluyen aquellos que son abusivos para su equipo, constantemente disputas facturas o crean problemas legales. Sin embargo, hay otros factores a considerar al decidir si continuar trabajando con ciertos clientes.
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Ingresos por hora del cliente: Un gran lugar para comenzar es comprender cuánto esfuerzo está agotando con cada cliente en comparación con los ingresos que generan. Esta puede ser una buena guía para identificar dónde podría estar agotando sus recursos para un poco de retorno. Tenga en cuenta que incluso los clientes de alto valor pueden ser malos clientes, pero esta métrica debería ayudarlo a cuantificar si los clientes de problemas valen el dolor de cabeza. En algunos casos, el dinero podría valer la pena.
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Alcance poco claro del trabajo: Todos hemos trabajado con un cliente que siempre quiere agregar «una cosa más» a un proyecto sin ajustar la línea de tiempo o el presupuesto. Esto está bien en ocasiones, pero los cambios frecuentes en el último minuto pueden ser un signo de un mal cliente.
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Problemas de pago: Identifique qué clientes tienden a realizar pagos atrasados, facturas de disputas o intenten negociar tarifas más bajas después de que se complete el trabajo.
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Problemas límite y demandas poco realistas: Algunos clientes esperan trabajo de alta calidad en un período de tiempo irrazonablemente corto. La mayoría de los clientes son exigentes. Los malos clientes se enojarán cuando intente explicar que su solicitud no es factible, requiere respuestas las 24 horas, los 7 días de la semana de su té o hacer solicitudes tarde un viernes por la tarde y esperar que trabaje durante el fin de semana.
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Demasiada o muy poca comunicación: Algunos clientes no responden a tiempo, causando retrasos importantes en comentarios o aprobaciones importantes. Otros quieren estar demasiado involucrados y microgestionar todo el proceso. Los extremos extremos de este espectro son una bandera roja cuando se trata de detectar malos clientes.
2. Complete sus obligaciones y decline el trabajo futuro
La mejor opción al disparar a un cliente es finalizar la tarea que ha prometido completar. Esto muestra que está dispuesto a honrar sus compromisos y también proporciona una salida clara para su equipo. Cuando el cliente solicita trabajo adicional, simplemente puede informarles que no puede tomar un trabajo adicional de ellos en este momento.
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3. Renegociar su contrato
En algunos casos, puede remediar la situación actualizando su contrato y renovando las expectativas. Por ejemplo, si el cliente siempre quiere trabajo acelerado, puede describir las tarifas asociadas con una entrega más rápida para que no haya confusión. Este enfoque puede ayudar a minimizar el mal comportamiento como el alcance de la fluencia y los términos de pago de un buen cliente.
4. Ajusta tus tarifas
A veces, simplemente elevar sus tarifas es una excelente manera de disuadir a un mal cliente, especialmente si son pegajosos para el presupuesto. Sin embargo, tenga cuidado con este enfoque. Al aumentar las tarifas, el cliente podría esperar aún más a cambio. Sea claro sobre lo que está incluido y excluido en la nueva tarifa. Es importante tener en cuenta que algunos clientes pueden no estar molestados por las tarifas más altas, pero al menos será compensado por su sufrimiento adicional.
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5. Simplemente dispararlos
Este puede ser un mensaje difícil de entregar, pero a veces es mejor ser directo. Esta opción es especialmente importante si están causando daño a su negocio, como ser abusivo de su equipo. Para suavizar el golpe, es mejor ofrecer una referencia a otra compañía y proporcionar algún tipo de aviso para darles tiempo para hacer la transición de su trabajo.
Disparar a un cliente no es divertido para ningún propietario de un negocio, pero mantener malos clientes puede crear una serie de problemas financieros, legales y operativos. Lo más importante, sigue siendo profesional durante todo el proceso e intenta no quemar puentes. Nunca se sabe si podría cruzar las rutas con este cliente nuevamente, especialmente si trabaja en una industria de nicho.